9 nov 2010

Si Jesús llamara a tu puerta

Si Jesús llegara a tu casa para visitarte por unos días, y si llegara inesperadamente, ¿qué harías?

Sin duda, a un visitante tan honorable le darías la mejor habitación y le servirías la mejor comida.
Además, le dirías que es un honor tenerlo en tu casa y que es un gran privilegio para ti servirle.

Pero... al verlo llegar, ¿correrías a la puerta con las manos extendidas para darle a tu visitante celestial una cordial bienvenida? ¿O tendrías que cambiarte de ropa, esconder algunas revistas y poner en la mesa la Biblia?

¿Tendrías que apagar la radio o el televisor con la esperanza de que no haya oído el programa que estabas escuchando o viendo?

¿Tal vez desearías no haber proferido esa palabra vulgar?

¿Esconderías tu música popular y pondrías a la vista algunos CD'S de música cristiana?

¿Le abrirías de inmediato la puerta o... tendrías que apresurarte para arreglar un poco el desorden?

¿Si el Salvador pasara unos días contigo, seguirías...
...haciendo lo que siempre haces?
...diciendo lo que siempre dices?
...leyendo lo que siempre lees?
...escuchando la música que siempre escuchas?
...mirando tus programas favoritos?

¿Llevarías a Jesús para presentarlo a tus amigos o desearías que ellos se ausentaran durante su visita?

¿Continuarías con tu vida de la misma manera que todos los días?
¿Quisieras que Él permaneciera indefinidamente en tu casa o darías un suspiro de satisfacción cuando por fin se fuera?

Sería interesante saber lo que harías si Jesús llegara a tu casa para pasar unos días contigo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que es para pararse a pensar, si.

amigo dijo...

Hola, magnífica reflexión:

Dios viene a nosotros, y nosotros... ¿creemos que Dios no nos conoce?, hace poco leímos el pasaje de Zaqueo. ¿crees que Jesús no sabía quién era Zaqueo?... No le sermoneó, ni nada semejante:

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos.

Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo:

«Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa».

Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador».

Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor:

«Señor, ahora mismo voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más».

Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

Con la ayuda del Señor podemos lograrlo, barrer la casa y recibir dignamente al Señor.

Una buena Confesión y luego recibirlo Sacramentalmente.

Examen de conciencia, somos pecadores y flacos, y ruines y etc, dolor de los pecados, porque siendo Tu Santo vienes a comer a mi casa Señor, propósito de enmienda en nuestras vidas con Su ayuda, no te quiero perder más Señor...
Dices con sinceridad y humildad tus pecadicos y recibes la absolución, cumples la penitencia y recibes al Señor verdaderamente presente en la Eucaristía... y un nuevo Día Comienza en tu Vida, Una Vida verdadera y Eterna de Alegría, Paz...

Amigo dijo...

... por cierto, a Jesús no le pongas un gospel, mira si tienes algo de U2

;)

Amigo dijo...

... lo malo, lo que te dé vergüenza, no lo escondas, sácalo a la luz y quémalo, deshazte de lo que no es Vida. No hay piedra grande, perteneces a la Iglesia, juntos Caminamos, Oramos, Comulgamos y Peregrinamos ayudándonos, tú eres mi Hermano en Cristo nuestro Señor.

Serk dijo...

Muy buen aporte, Amigo (:

Y sí, Soldado, es para pensar (:, y aunque deberíamos cambiar muchas cosas de nuestra vida, Dios nos conoce, sabe que somos débiles y por eso mismo nunca nos abandona, por más que le ignoremos, insultemos y nos equivoquemos. Cuando nosotros estamos atormentados, por cualquier cosa, Dios nos comprende.

CRISTO REY!