¡Jesús Misericordioso!
Mis pecados son más que las gotas de sangre que derramaste por mí
No merezco pertenecer al ejército que defiende los derechos de tu Iglesia y que lucha por ti
Quisiera nunca haber pecado para que mi vida fuera una ofrenda agradable a tus ojos
Lávame de mis iniquidades y límpiame de mis pecados
Por tu santa Cruz,
por mi Madre Santísima de Guadalupe,
perdóname,
no he sabido hacer penitencia de mis pecados;
por eso quiero recibir la muerte como un castigo merecido por ellos.
No quiero pelear, ni vivir, ni morir,
sino por ti y por tu Iglesia.
¡Madre Santa de Guadalupe!
acompaña en su agonía a este pobre pecador.
Concédeme que mi último grito en la tierra y mi primer cántico en el cielo sea:
¡Viva Cristo Rey!
Amén.
5 comentarios:
Estáis LOCOS
Gracias, es todo un halago.
Hola, parece la oración de un mártir.
La oración sincera, es fecunda, en seguida en el corazón sale a flote aquello que la entorpece, aquello que debemos mejorar, pero lo hace sin recriminación, en amistad, salen temas de conversación,para compartir, para crecer, para sanar y mejorar. La oración sincera es la que se realiza en Gracia de Dios. Con el Perdón Sacramental y la Reconciliación con Él y la Iglesia.
La oración sencilla es un movimiento del enamorado del Amor.
Sí, ¡Bendita locura de la Cruz!
Yo también opino que es todo un halago. ¡Viva Cristo Rey!.
Hombre, que te diga "loco" un mundo enfermo, yo creo que es un buen síntoma jeje
Publicar un comentario