16 jun 2010

Desde mi Cruz...

Te escribo desde mi cruz a tu soledad, a tí, que tantas veces me miraste sin verme y me viste sin escucharme. A tí, que tantas veces prometiste seguirme de cerca y sin saber por qué te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo para que no te perdieras.

A tí, que no siempre crees que estoy contigo, que me buscas sin hallarme y a veces pierdes la fe en encontrame, a tí, que a veces piensas que soy un recuerdo y no comprendes que estoy vivo.

Yo soy el principio y el fin, soy el camino para no desviarte, la verdad para que no te equivoques y la vida para no morir.

Mi tema preferido es el amor, que fue mi razón para vivir y para morir. Yo fui libre hasta el fin, tuve un ideal claro y lo defendí con mi sangre para salvarte.

Fui maestro y servidor, soy sensible a la amistad y hace tiempo que espero que me regales la tuya. Nadie como yo conoce tu alma, tus pensamientos, tu proceder, y sé muy bien lo que vales.

Sé que quizás tu vida te parezca pobre a los ojos del mundo, pero yo sé que tienes mucho para dar, y estoy seguro que dentro de tu corazón hay un tesoro escondido; conócete a tí mismo y me harás un lugar a mí. ¡Si supieras cuánto hace que golpeo las puertas de tu corazón y no recibo respuesta!

A veces también me duele que me ignores y me condenes como Pilatos, otras que me niegues como Pedro y que otras tantas me traiciones como Judas.

Y hoy, te pido paciencia para tus padres, amor para tu pareja, responsabilidad para con tus hijos, tolerancia para los ancianos, comprensión para todos tus hermanos, compasión para el que sufre servicio para todos.

Quisiera no volver a verte egoísta, orgulloso, rebelde, disconforme, pesimista. Desearía que tu vida fuera alegre, siempre joven y cristiana. Cada vez que aflojes, búscame y me encontrarás; cada vez que te sientas cansado, háblame, cuéntame.

Cada vez que creas que no sirves para nada no te deprimas, no te creas poca cosa, no olvides que yo necesité de un asno para entrar en Jerusalén y necesito de tu pequeñez para entrar en el alma de tu prójimo. Cada vez que te sientas solo en el camino, no olvides que estoy contigo.

No te canses de pedirme que yo, no me cansaré de darte, no te canses de seguirme que yo no me cansaré de acompañarte, nunca te dejaré solo, me tienes a tu lado para ayudarte.

Te quiere mucho,

tu amigo Jesús

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que dificil de cumplir es todo eso!. ¿Quien no se siente intolerante e inconformista con todo lo que vivimos hoy en día?.

Serk1492 dijo...

Pues sí, pero creo que si cumplimos con nuestros deberes personales, Dios estará contento con nosotros.
Estoy seguro de que estar no estará contento con la situación degenerada que vivimos en esta España, pero por otra parte creo que está feliz por el empeño, la lucha y el sacrificio de muchos españoles, por muy poca cosa que parezca que se haga.

Amigo dijo...

Hola. Una entrada impactante en primera persona, de tú a tú y en la conversación de los dos comentarios anteriores se destila el secreto del gran poder de las cosas sencillas, pequeñas, pensar que la criatura humana más perfecta que ha pisado la tierra ha sido la santísima Virgen María, Madre del Salvador y nuestra, Madre de Dios nuestro Señor y que sus obras fueron la mar de sencillas, obras que enamoraron a Dios, fue también la primera cristiana.

Cuando hago mi voluntad, bien veo que hay en mí mucho de Pilato y Judas, pero gracias al Señor, más hay de Pedro, que vuelve a levantarse y caminar.

Carpe Diem dijo...

Maravilloso, puedes estar muy orgullo de lo que has hecho, mira que he visitado paginas y blogs sobre esta temática y honestamente todas me resultaban un tanto aburridas, impersonales, pero esto está muy bien tío.

Serk1492 dijo...

GRACIAS! :D
He de decir, que la historia ésta como la de "Vive como las flores" las cogí del grupo de Facebook "Me Siento Orgulloso De Ser Católico", en unos mensajes que enviaron hace tiempo.
El mérito es de ellos y de la inspiración divina.

GRACIAS de nuevo ;D

Anónimo dijo...

Si doce humildes pescadores fueron capaces de revolucionar el mundo pagano y politeísta de la Antigüedad con sólo seguir a Cristo, ¿de qué no seremos capaces nosotros?

Debemos dar gracias por todos nuestros dones y como en la parábola de los talentos, multiplicarlos con la ayuda de Dios para el bien general y la proclamación de la Palabra.

Un saludo